Desde mis años en la universidad, siempre tuve un objetivo claro: crear una empresa propia. Aunque en ese momento no tenía una visión definida sobre los productos o servicios que ofrecería, encontré una oportunidad en el diseño de sitios web. Usaba el CMS Joomla 1.0.X en mi computadora local, ya que no contaba con el presupuesto para un hosting de calidad, y las opciones gratuitas no eran de mi agrado.
Mi negocio de diseño de sitios web
Al terminar mi carrera de ingeniería, y tras varios meses trabajando en una empresa con un salario de $500, me di cuenta de que necesitaba una fuente de ingresos adicional. Fue entonces cuando decidí formalizar mis servicios creando un Aviso de Operación bajo el nombre comercial CONSULTA SOLUCIONES.
Mis primeros clientes fueron una fundación y una pareja de abogados, a quienes les cobré $500 por cada sitio web. Posteriormente, obtuve más clientes, entre ellos una iglesia y un arquitecto, lo que me motivó a seguir expandiendo el negocio.
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Expansión hacia nuevas oportunidades: telefonía IP y fibra óptica
Gracias a mi formación en telecomunicaciones, decidí diversificar mis servicios. Aparte de ofrecer centrales telefónicas basadas en Asterisk, utilizando la distribución gratuita Elastix, comencé a ofrecer instalación de fibra óptica, lo cual fue un gran acierto. Estas soluciones añadieron valor al negocio y permitieron captar nuevos clientes.
Elastix era una excelente opción, ya que, con un simple computador, podía ofrecer servicios de Telefonía IP sin costos adicionales de software. De igual manera, la instalación de fibra óptica formó parte del éxito inicial de la empresa, ya que logramos concretar proyectos en sectores de telecomunicaciones, lo que nos permitió aumentar los ingresos y posicionar CONSULTA SOLUCIONES como una opción confiable en el mercado.
El error de formalizar sin una estrategia clara
Con varios proyectos en marcha y un flujo de trabajo constante, decidí dar un paso más y constituir CONSULTA SOLUCIONES S.A., transformando mi emprendimiento en una sociedad anónima. Sin embargo, fue una decisión apresurada, basada más en la idea de tener una “gran empresa” que en una verdadera estrategia empresarial.
Aunque el negocio parecía ir en la dirección correcta, no comprendía las implicaciones fiscales que conlleva una sociedad anónima. Los impuestos sobre la renta subieron del 15% al 27%, y sumado a los impuestos complementarios y los cargos municipales, los costos operativos se dispararon.
El verdadero problema: mala administración financiera
Mi mayor error fue gestionar los ingresos del negocio como si fueran mi dinero personal. En lugar de llevar una contabilidad ordenada, utilicé los fondos de la empresa para gastos personales, lo que afectó la sostenibilidad del negocio. Este mal manejo financiero fue el mayor factor en el fracaso del emprendimiento.
El conflicto de intereses que afectó mi negocio
Durante todo este tiempo, continué trabajando en mi empleo. Sin embargo, cuando ingresé a laborar en el regulador de servicios públicos, me vi obligado, por razones éticas y de conflicto de intereses, a abandonar los servicios relacionados con telecomunicaciones, uno de los pilares de mi empresa.
La caída de mi emprendimiento
Con la salida del sector de telecomunicaciones y la instalación de fibra óptica, el negocio comenzó a decaer. En un intento por salvarlo, me asocié con un amigo del extranjero para ofrecer servicios de desarrollo web y tiendas online, pero la falta de clientes y la mala administración dejaron a la empresa en una situación insostenible.
Al final, los ingresos se agotaron y me vi obligado a declarar la empresa sin operaciones. La cuenta bancaria de la empresa, que debía mantener un mínimo de $500, llegó a cero. Aunque intenté inyectar dinero personal para mantenerla, eventualmente el banco cerró la cuenta.
Este es el resumen de los desaciertos que me llevaron al primer fracaso:
Después de 7 u 8 años de esfuerzo, mi empresa se vino abajo. Estas son las principales lecciones que aprendí en mi primer fracaso empresarial:
- Crear una sociedad anónima sin conocer las obligaciones fiscales fue un error.
- Manejar los ingresos de la empresa como dinero personal llevó a una mala administración financiera.
- Elegir un empleo que generó conflicto de intereses con mi negocio afectó su crecimiento.
- No realizar asociaciones estratégicas en el momento adecuado también fue un factor clave.
Aquí te dejo un corto video promocional del negocio, confeccionado antes de su cierre definitivo: